Aunque pueda parecer una receta, es sólo la crónica de una captura. El día no tenía buena previsión, algo de ola y mar de fondo presagiaban un día movido, afortunadamente sobre mediodía mejoró bastante.
Se trata de un Marrajo (Isurus oxyrinchus) de algo más de un metro y diez kilos de peso, ejemplar pequeño para su especie aunque superior a la talla mínima exigida, y suficiente para el consumo personal.
Por cierto, en algunos documentales he visto que con un trapo tapan los ojos de los escualos y se tranquilizan, en este caso lo único que conseguí fue cabrearlo más por lo que pasé un rato sin poder pescar ya que no paraba de dar cabezazos y dentelladas al aire y como mi bañera no es muy grande que digamos pues eso, tuve que esperar a que se calmara.